Es primavera en tu cuerpo

Aunque parezca increíble mirando por la ventana, es primavera.
Tenemos sueños, ilusiones y deseos. Es primavera.
Para los momentos en que todo nos cuesta más,
 hasta los detalles mínimos nos ayudan.
Por eso, es primavera.
Una estación de mutaciones. La sangre se altera.
 Y hay una renovación de vida. 
Se producen variables cambios atmosféricos, alternando lluvias, sol, viento, frío y calor.
Empieza el estallido vegetal y nuestro cuerpo se puede resentir. 
Aparece una pasión vital, un boom reproductivo. 

La primavera es una de las estaciones más saludables,  y en términos generales predomina la bonanza y el bienestar. 
A vivirla.


Los padres están saliendo del armario

Algunos hombres han descubierto la satisfacción de criar y el placer de acompañar a sus hijos. La estimulación emocional que genera un fluir amoroso entre quienes la practican. Es allí donde han reconocido el deseo de ser padres activos. Protagonistas de la historia, salir en la foto. De la misma manera que algunas especies sorprenden por ser los machos los que cuidan de las crías, hoy se esta viviendo un fenómeno “feminista” pero a la inversa. Ellos reclaman sus derechos a decidir, informase y participar desde el momento de la gestación, parto y crianza. Desde grupos de apoyo #siloshombreshablasen, blogs, tertulias en la radio y  libros de auto ayuda para padres. Hombres que portean con sus mochilas, reclaman cambiador en los baños de hombres y van a charlas de lactancia.
El cuidado  de las crías es fundamental para el buen desarrollo de cualquier tipo de familia. La mujeres llevamos muchos años, intuyéndolo, sabiéndolo e informándonos de la importancia de una crianza con apego desde el inicio. Y para que esto se desarrolle tiene que haber una presencia sostenida de la madre. Por más que se logre igualdad en las bajas maternales y paternales quien da el pecho es la mujer y eso es insustituible. Para que esa mujer pueda dar el pecho tiene que tener el sostén logístico y emocional de otros adultos. El gran dilema es la compatibilidad de éste, nuestro trabajo de maternar  en casa, con el de afuera, que nos recompensa económicamente aportando logros profesionales. Es aquí donde se puede ver si existe una pareja que se implica y asumen su día a día como parte de su responsabilidad y no con un “te ayudo” . En una familia no se ayuda a alguien que dirige, se forma parte del equipo porque el trabajo es de todos y para todos. En igual medida cuando no hay pareja, la red de apoyo familiar y de amigos es imprescindible.
En algunos casos, padres en situación de desempleo se han visto forzados a tomar el rol de quien se queda en casa y se ocupa de las tareas del hogar y los hijos. Culturalmente esto les ha implicado un gran shock. Primero su implacable propio juicio y después el del entorno.  Una vez superado este escollo y si el otro adulto de la casa puede seguir trabajando, muchas familias dan un vuelco en la dinámica dándose la posibilidad de rotación en los roles que  termina enriqueciendo el hogar.  Quienes no se recuperen del primer impacto, perderán esta gran oportunidad.
Algunos hombres que no están en pareja con una mujer o están en pareja con otro varón. Dan el salto sin retorno a la paternidad. Son hombres que se implican, informan y quieren decidir por el bien de sus hijos. A sabiendas del sacrificio que esto les trae consigo. Existe el llamado de la paternidad.
Otra vez la naturaleza nos marca un camino, el caso de los caballitos de mar los hipocampos. En una danza que puede durar varios días, la hembra deposita en el saco incubadora del macho sus ovocitos para ser fecundados y gestados por él. A los pocos días el macho libera por medio de una contracción las crías. Se pone de parto.
Hay más ejemplos de la naturaleza que se asemejan con la realidad de algunas parejas hoy en día. Como el mono Titi, el macho asume la crianza poniéndolo en su espalda y la madre sale en busca de alimento. Los pingüinos emperador que se hicieron famosos por la maravillosa película Happy feet . Una vez puesto el huevo la pareja se separa y el macho queda cuidando de él  sin tener siquiera para comer. La hembra sale en busca de comida hasta por lo menos dos meses y  regresará una vez que el hijo haya nacido.

La compensación que dan los hijos al recibir nuestra atención y amor la están descubierto muchos hombres. Bienvenidos sean, porque de ellos será el reino de la paternidad.